El sol resplandecíacon gráciles matices cárdenos,las nubes besaban el parvo y mórbido oteroque la escasa lluvia había amortajadocon el matorral sediento y raquíticoy sólo el canto atiplado de los vencejosproveía sensación de vida en el páramo
El sol resplandecíacon gráciles matices cárdenos,las nubes besaban el parvo y mórbido oteroque la escasa lluvia había amortajadocon el matorral sediento y raquíticoy sólo el canto atiplado de los vencejosproveía sensación de vida en el páramo