Los problemas económicos de un ludópata

Tienen ustedes noticias que se han reunido hace poco los jefes de gobierno de la UE y se ha llegado a la certificación, tras el análisis de la situación económica de la zona, que determinados países presentan un balance equilibrado en sus cuentas de ingresos y gastos, en el lenguaje falaz del político se ha definido como países frugales. Otros, donde nos encontramos, presentan un gran déficit presupuestario insalvable por ellos mismos sin un dolorosísimo coste social, se ingresa muchísimo menos de lo que se gasta; y se ingresará mucho menos de lo que se gastará en esos países, deberían llamarse claramente países manirrotos. La conclusión y solución del evidente disbalance de tales países ha sido aumentar los ingresos artificialmente con un préstamo – para España de 140000 millones de euros -, la mitad a fondo perdido – 70000 millones -, sin necesidad de devolución, la otra mitad a intereses prácticamente inexistentes, pero con necesidad de devolución.

El autoaplauso

Ahora vienen los conceptos y las valoraciones acerca de lo que ven nuestros ojos. La primera rueda de molino que nos tenemos que tragar es que tal cosa no es un rescate de la economía española. Demostrar lo evidente es uno de los grandes males de nuestra época, no voy a gastar tiempo en ello; juzguen ustedes mismos si tienen los ojos abiertos.

La siguiente rueda de molino que nos tenemos que tragar es la celebración como la gran victoria de nuestros gobernantes la perdida de independencia y soberanía. Sánchez fue recibido con pasillo, vítores y aplausos. Lo cierto es que los países rescatados han vendido su independencia política y económica a la Comisión europea, cediendo su soberanía presupuestaria – España vive aún de prorrogar los presupuestos de Montoro, los últimos dos gobiernos han sido incapaces de aprobar un presupuesto – . Y han vendido como una victoria histórica su incapacidad para gobernar y facilitar el crear trabajo, riqueza y equilibrio presupuestario en España; celebran que van a ser rescatados y que los presupuestos tendrán prioridades ajenas, las conformadas por otros, las que dicte la Comisión europea.

Aparte de poner de manifiesto con desvergüenza las miserias de nuestra economía y la incapacidad de nuestros gobernantes, se produce un mal mayor, el solucionar los problemas económicos con deuda es como dar dinero a un ludópata, supone empeorar su enfermedad. Si queremos solucionar los problemas del ludópata manirroto tendremos que tratar su ludopatía. La solución urgente debería pasar por preguntar ¿por qué le va tan mal a la economía de España?, y luego, ¿qué medidas pueden corregirla? Dar la impresión que somos estupendos, gastar más y despilfarrar, y que aquí no pasa nada, no es salida, antes al contrario, es ahondar y agravar el problema.

¿Quién presta el dinero?, esta es otra pregunta crucial, y ¿qué consecuencias tiene el aumentar la masa monetaria en Europa? ¿Dinero gratis? El prestamista en la zona euro es el Banco Central Europeo, BCE. Este dinero no es respaldado por mercancía o riqueza alguna, lo que significa que lo que hay, todas las cosas en conjunto, se monetizarán con más dinero, el aumento de la masa monetaria produce inflación, el dinero vale menos, tiene menos capacidad adquisitiva de bienes. Nuestros ahorros, quien los tenga, el dinero que tenemos en el banco o en un fondo de inversión pierde valor. La conclusión meridianamente clara es que un ladrón de guante blanco nos ha robado a todos. Además hipotecará los ingresos futuros, los presupuestos venideros tendrán un gasto por dicha deuda que drenará la capacidad de los ingresos. El dinero nunca es gratis.

¿A dónde irá ese dinero? ¿Estará bien empleado? Sin ninguna duda el dinero prestado irá al Estado y a sus ramificaciones ¿Son la solución de la ludópatía manirrota los planes de estímulo público? No, nunca. Se ha ensayado hasta la saciedad, este dinero irá a mantener la Administración, no la economía. No aumentará la riqueza del resto y no reducirá el paro. El Estado será más elefantiásico y el pobre más pobre y con menos trabajo. Lo que hará que el Estado tenga la necesidad de acudir en su ayuda y necesite más gasto…¡Más madera! ¿Hasta cuándo? Si no se remedia antes por una epidemia de lucidez, hasta el más que incuestionable colapso del sistema socialdemócrata del Estado del Bienestar, si seguimos así.

Foto de cabecera: La ludópata. Autor: Théodore Géricault. Año: 1822. Localización: Museo del Louvre (París).